martes, 28 de julio de 2009

¡Los 'Bokodes' son la pera limonera!

Haciendo mi lectura matutina habitual de los periódicos me he topado con este artículo y he recordado una discusión que tuvimos no hace demasiado tiempo con Álex sobre el uso de chips de información: en ella hablamos sobre la posibilidad de que estos cada vez más sencillos y más potentes identificadores pudieran acabar por controlar nuestra vida, de manera que viviéramos en un Gran Hermano: que siempre estuviéramos localizables, se conocieran todos nuestros movimientos, la velocidad de nuestros coches, etc. (puede que Álex pueda hacer mención al tema de una manera más detallada, pues fue él quién planteó el tema en su día y quien conocía exactamente a qué tipo de tecnología se refería; yo no lo recuerdo).

Ahora, con estos bokodes parece que dispondremos de un nuevo mundo de posibilidades a nuestro alcance. Como se ejemplifica en el artículo, ya ni siquiera tendremos que acercarnos a la puerta de un restaurante para saber qué tienen de menú. A pesar de que, de momento, a 3,5€ la pieza, no parece que esta tecnología pueda tener una amplia difusión para actividades tales como el etiquetado de alimentos, me pregunto: ¿pueden este tipo de nuevas tecnologías llegar a vanalizarnos tanto como para llegar a convertirnos en PDA's andantes? Quizás cada uno podamos instalarnos nuestro propio bokode en nuestro móvil que informe, a modo de Twitter, si queremos rollo esa noche en la discoteca. Las relaciones sociales cambian, eso es obvio. Ejemplos: Tuenti, Facebook, juegos en red, Messenger... ¿Conseguirán las grandes líneas de marketing que nuestras relaciones sociales se acaben en una pantalla de ordenador o de teléfono móvil? Hasta hace poco nadie hubiera creído que hubiera gente que prefiriera relacionarse con sus amigos de WoW que con sus amigos de clase, pero eso ya ocurre.

Hay usos más que prácticos para este tipo de tecnologías pero: ¿hasta dónde nos pueden arrastrar en cuanto a prácticas sociales se refiere?

viernes, 24 de julio de 2009

¿Lo más ecológico es que no haya vacas?

Anonadado me hallo. En un artículo de El País (de esos en los que el que escribe no sabe mucho del tema, y que Moncho me perdone pero a veces pasa), ha ocurrido lo que tarde o temprano tenía que dar el salto de las pequeñas discusiones de bares, copas y cafés, a completos dossiers en la prensa: las vacas como culpable del cambio climático. ¿Por qué? El aparato digestivo de las vacas emite mucho metano (y no CO2, como dice El País machaconamente en todo el artículo, aunque luego sí menciona al metano), que es un gas con un enorme efecto invernadero.
Sin embargo, lo que a día de hoy no ha conseguido ningún estómago de vaca es crear carbono de la nada.
¿Por qué es una locura quemar el petróleo de la tierra hasta agotarlo? Porque es una especie de gigantesco depósito de carbono, guardado leeentamente durante millooones de años, por la acción de fotosíntesis de billooones de seres vegetales que han existido desde que existe la vida vegetal en la tierra. Ese carbono queda almacenado, junto con energía solar acumulada, en las propias plantas, en sus ramas, en sus hojas, en su tronco, y posteriormente ha sido tratado a la temperatura y presión adecuadas para convertirse en petróleo. Ello ha ido retirando, desde hace eones, carbono de la atmósfera hasta dejarla en unas proporciones guays para la existencia de la vida y del clima terráqueo tal como lo conocemos. Y ahora, de repente, hemos tomado una parte de ese carbono y lo liberamos de nuevo a la atmósfera y al ciclo de carbono que pulula por el planeta. Más vale que paremos pronto porque estamos funcionando como el barco con el que Philneas Fogg atravesaba el Atlántico: echando a las calderas el mobiliario y la madera de la que estaba hecho el propio barco.

Mientras tanto... ¿qué han hecho las vacas para merecer esto? Liberar carbono como producto de su digestión. Carbono que estaba contenido en la hierba que comió. Hierba que creció a su vez absorbiendo carbono de la atmósfera. Carbono de la atmósfera que, por ejemplo, salió del culo de otra vaca. Y así, querido Simba, es como funciona el ciclo del carbono. Porque las vacas todavía no han conseguido crearlo de la nada. Pero nosotros, en cierto modo, sí.

Sin embargo mi razonamiento tiene una trampa, lo admito: aunque tengan el mismo contenido en carbono, una molécula de metano provoca mayor efecto invernadero que una molécula de CO2. Pero es absolutamente injusto contabilizar su efecto como si fuera una aportación "neta" de efecto invernadero.

sábado, 4 de julio de 2009

Garoña, ¿cierre o continuidad?

Estos últimos días estamos asistiendo al debate sobre Garoña. Aunque desde mi punto de vista el debate nuclear en general no está siendo muy a fondo, sobre este caso particular hay opiniones para todos los gustos. ¿La vuestra?