jueves, 22 de octubre de 2009

Alimento retirado en la Comunidad Valenciana

Hace pocas semanas que la Generalitat Valenciana ha retirado del mercado este producto por considerarlo peligroso para la corriente ideológica.

Por suerte se ha podido sacar una foto de uno de los últimos ejemplares, ahora a precios desorbitados en el mercado negro:


(Lo siento, es un chiste muy malo pero me ha hecho gracia, cuando queráis quito esta entrada)

lunes, 19 de octubre de 2009

La pobre ley D'Hondt

En España está comúnmente aceptado que la representación parlamentaria es poco menos que una mierda. Me refiero a la fórmula matemática usada, al sistema de reparto. El algoritmo que se usa para convertir votos en escaños.

Los argumentos son varios, ¡y contradictorios!. Desde aquellos que argumentan que se favorece a los partidos mayoritarios, a los que creen que los partidos nacionalistas tienen secuestrado al parlamento.

En unos y otros casos, hay un cabeza de turco que suele llevarse bastantes palos: el Sistema D'Hondt, el sistema de reparto de escaños en función de votos, y que está diseñado para favorecer ligeramente a los partidos mayoritarios.

Echemos los números a ver qué pasa... (pulsar para ampliar)



En esta tabla que aquí cutremente pego como puedo, podemos ver bajo el verde los votos que sacó cada partido en España en 2008, y el porcentaje puro que dichos votos representan.

En amarillo, el reparto que se hace AHORA en base a esos votos. Vemos que relativamente el más beneficiado es el PNV (+42% de representación sobre lo que debería), seguido de UPN y NaBai. Pero aunque relativamente sea inferior, los que sacan buena tajada son PP y PSOE, con cerca de un 9% de sobrerrepresentación cada uno (pero que en términos absolutos son más escaños). Todos los demás partidos, incluyendo a los vilipendiados CiU, ERC, BNG y CC, están infrarrepresentados. Y los casos más escandalosos, claro, son los de aquellos partidos pequeños pero repartidos por toda España: IU y UPyD, a los cuales se les roba cerda del 80% de su poder.

Más a la derecha, en naranja, está lo que resultaría de aplicar el Sistema D'Hondt a los votos de España como si ésta formase un único cupo de votos, sin diferenciar por provincias. No me voy a parar a comentar cada caso, ya que las desviaciones son pequeñas y salta a la vista que es un sistema de reparto más que razonable, que beneficia un sano pelín a los partidos grandes. De momento, yo declararía D'Hondt inocente.

Y ya vistos los inconvenientes de dividir en provincias al parlamento... ¿qué es lo que ganamos con ello, pregunto yo?

viernes, 9 de octubre de 2009

UPyD. La vie en Rose...

Unión Progreso y Democracia se presentó hace más de dos años a la sociedad española como una alternativa al perpetuo enquistamiento bipartidista de las Cortes parasitado por las gracias que la absurda Ley D´Hont ofrece a los partidos nacionalistas. El proyecto de la alternativa fue liderado en principio por nombres ajenos a la actividad política y más relacionados con el mundo cultural: Savater, Boadella, Gorriarán, Vargas Llosa… Se presentaba como una opción lógica. Un ideario en el que se plasmaba una vocación de romper con los asentamientos dogmáticos que aún inmovilizan a los partidos tradicionales de nuestro país. Una apuesta por el laicismo y la integración cultural de todos los folklores ibéricos en un proyecto común. Representaba una bocanada de aire fresco necesaria. Una brisa a la escandinava que proponía asumir una decidida vocación social, pública y progresista de las políticas socialdemocráticas europeas; así como las virtudes pragmáticas del liberalismo moderado para la estabilidad económica, financiera y presupuestaria.

Éste era el espíritu del proyecto. Un proyecto que nos ilusionó a muchos. La frescura de la propuesta nos sedujo por su ruptura con el orden establecido; esa pescadilla que mordiéndose la cola impedía a España avanzar por no usar el menos común de los sentidos. Un mensaje con un receptor claro: la juventud. Hartos de que un pasado (que hemos estudiado y respetamos) siga en la sombra guiando la actividad de derechas e izquierdas con el aliño de las reivindicaciones nacionalistas. Conscientes de que todavía la democracia y la integración en Europa no han conseguido extinguir los últimos rescoldos de la lucha cainita entre las dos españas, que en versión light zancadillea el camino hacia el progreso, la cohesión y la igualdad (económica en lo territorial) que necesita este país.

Como todo tipo de proyecto, éste debía de materializarse para convertirse en una realidad política y entonces Rosa Díez apareció en escena. Exiliada por su antiguo partido en la Eurocámara y enfrentada a Rodríguez Zapatero, se erigió como cabeza visible de UPyD. En pocos meses su nombre dio color a la imagen de su partido y su documento nacional de identidad era el lema de la campaña. El proyecto joven e innovador giró 180 grados convirtiéndose en una aburrida proclama antinacionalista sin más programa que la unidad de España y con un cierto olor a revancha personal.

UPyD obtuvo un escaño en las elecciones generales de 2008 por la circunscripción de Madrid y su popularidad creció al calor del apoyo de los principales medios de comunicación neoliberales. Últimamente parece que Rosa ha convertido el partido en su anhelada finca particular. Ella es feliz bailando al son de Edith Piaf; otros nos lamentamos por la oportunidad perdida.

jueves, 8 de octubre de 2009

Situación de la Sanidad española

Tras el tirón de orejas de hace unos días que dió el último índice de Consumidores de la Sanidad Europea, donde se nos coloca en el puesto 22 de 33 posibles, en función de cómo valoran los europeos los Sistemas de Salud; en El Mundo ha aparecido un artículo interesante donde se evalúan algunos de los déficits de nuestro Sistema Sanitario. Es largo, pero de forma somera reflexiona sobre los problemas y posibles soluciones a los que nos enfrentamos.

Aquí tengo que añadir que es cierto que tenemos un gran Sistema de Salud, de los mejores del mundo, pero siempre hay cosas que mejorar y nos encontramos ahora en una época de cambios en la situación de la Sanidad (entrada del capital privado en la gestión, las aplicaciones informáticas en los hospitales, la escasez de personal sanitario, el declive de la importancia de la Atención Primaria, etc), que hacen las decisiones futuras en Sanidad muy delicadas.

Lo que me ha sorprendido un poco es que, junto al artículo citado, El Mundo ofrece otros dos artículos de opinión de Trinidad Jiménez y Ana Pastor, actual Ministra de Sanidad con el PSOE y ex Ministra con el PP, en los que lo único que comentan ambos es un compromiso por mejorar la Sanidad entre todos, hablan de aspiraciones sin hablar de ninguno de los problemasa actuales, con cero autocrítica (como acostumbra la política actualmente) y planteando soluciones etéreas como el compromiso de todos y el pacto sanitario.

Ambas señalan, y en forma de discreta crítica, la transferencia de la Sanidad a las Comunidades, uno de los mayores errores que se hicieron durante la creación de la Constitución (junto con la transferencia de la Educación, en mi opinión). Como no deben poder criticarlo directamente, repiten aquello de: esa transferencia garantiza la equidad entre personas, etc, etc; sin estar muy convencidas de ello.

En fin, al menos ambas defienden un Sistema Público de Salud.