sábado, 22 de agosto de 2009

Ética médica y periodística

Llevamos una semana sin parar de hablar del último trasplante (sin n, por favor) de cara en el mundo, que se ha realizado en el Hospital La Fe de Valencia por el equipo del Dr. Cavadas. Aparte del tremendo avance que este tipo de intervenciones suponen, por el tremendo trauma que supone no tener rostro y recibir uno "nuevo", me gustaría reseñar la presión mediática que está habiendo alrededor de esta intervención.

A nivel mundial se ha visto una especie de carrera por cubrir este tipo de noticias, y no hay informativo que no incluya un reportaje de 5 minutos sobre éste y otros trasplantes similares. El ansia de información ha llevado a vulnerar uno de los derechos fundamentales de los pacientes: la confidencialidad.
Esto es un delito, recogido en la Ley de Autonomía del Paciente. Os explico un poco en qué consiste: cuando una persona recibe cualquier tipo de atención médica (ya sea una visita rutinaria al médico de cabecera, un ingreso por neumonía o un trasplante de cara), toda la información de esa atención queda recogida en un documento escrito llamado Historia Clínica. Si bien el hospital o centro de salud de turno son los encargados de guardarla y custodiarla, el dueño último de ésta es el propio paciente, que tiene en todo momento la capacidad de decidir qué se hace con la Historia. Todos los profesionales sanitarios en contacto con esa Historia están obligados por ley y por el código deontológico a no revelar ningún dato identificativo de ella salvo que el paciente así lo refiera por escrito. De no darse este consentimiento se podrán tomar medidas legales contra los que hayan vulnerado este derecho.

Tras esta parrafada, quería mostrar mi indignación por el ansia que está habiendo en conocer al trasplantado y al donante. Si el paciente no quiere salir a la luz pública no va a salir, eso parece que hay gente que no lo termina de entender. Ayer mismo, el Dr. Cavadas contaba que han tenido que poner vigilancia 24h en la puerta de la habitación, demencial.

Ya se ha sabido la identidad del donante fallecido y, por supuesto, la familia va a tomar medidas legales (mirad aquí). Es un fallo conjunto de las entidades sanitarias por permitirlo y de los medios por revelarlo, aún sabiendo que es delito hacerlo. Mucho me temo que el paciente trasplantado va a tener que salir del hospital escondido y, a pesar de todo se acabará sabiendo su identidad aunque el no quiera, muy triste. ¿Tanto morbo hay por verle y por saber su identidad? ¿De verdad queremos saberlo?

3 comentarios:

  1. Qría hacer una simple apreciación sobre esta frase: "Es un fallo conjunto de las entidades sanitarias por permitirlo y de los medios por revelarlo, aún sabiendo que es delito hacerlo". Quería aclarar que aquí el delito lo comete el funcionario (médico) que revela los datos. El periodista no está cometiendo ningún delito. Sólo era esa precisión.

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  2. Chema: Vale que no sea delito, pero si un hipotético periodista hipotéticamente utilizase todos los medios a su alcance para averiguar de una forma u otra la identidad del paciente, hasta conseguirlo... mi opinión sería que la actitud de este "hipotético periodista" es muy reprochable desde un punto de vista ético.

    Tengo la esperanza de que en este caso todo se tranquilice y cese pronto el morbo. La verdad es que no he visto mucho la tele, tan sólo algún telediario mañanero, así que no puedo opinar del todo; sin embargo, supongo que las críticas que se han hecho a los medios en recientes casos (Spanair, Gripe porcina) por pasarse un poco de morbosos (sé que es malo generalizar, pero no me puedo detener a hablar de cada medio en concreto) les harán moderar el tono.

    Oh por Dios, que no terminemos con Mariñas y Patiño comentado las imágenes en exclusiva del pobre hombre este volviendo del supermercado...

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con lo q dices, siempre y cuando el interés q lleve a conocer los datos del paciente sea el puro morbo.

    En cambio, si existe un interés informativo real derivado de cuestiones de interés social o políticas si creo q el periodista tiene la obligación de investigar ciertos datos aunque sean confidenciales. Por ejemplo, si un político de gran relevancia e importancia está enfermo (vease por ejemplo el Rey), creo q existe un interés político justificado para conocer los datos derivados de la enfermedad, aunque sean confidenciales.

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