jueves, 23 de diciembre de 2010
De leyes y Sindes, que es lo que toca
Creo que ha sido una verdadera chapuza por parte del PSOE tratar de meter este intento de cierre de webs de enlaces dentro de un paquete de leyes y enmiendas de diverso pelaje. Creo también que la postura del PP es incomprensible. El adalid de lo privado y la privatización se posiciona contra el canon y contra la Ley Sinde sabedor de lo impopular que es apoyarlo, como si le hicieran falta más apoyos con la que le está cayendo al PSOE en su autodestrucción.
También pienso que se tergiversan muchas cosas cuando se habla de los temas de propiedad intelectual y descargas ilegales. Las webs de enlaces parecen los paladines de la libertad cultural, tal y como nos los venden algunos, pero es sabido que ingresan cuantiosos beneficios en forma de publicidad en sus webs. Además, no son sus creaciones las que comparten, si no las de otros a los que no han pedido permisos para compartirlas. Todo esto ganando dinero, sí, muy elegante. Eso sí, que tire la primera piedra el que no se haya descargado algo, todos somos parte del problema.
Luego están las discográficas, editoriales y demás. Siguen propulsando un modelo de negocio que dificilmente va a poder volver al nivel de beneficios que alcanzó hace una década. No parecen asumir que la época en que los discos con dos canciones buenas y ocho de morralla por 25€ se han acabado, ahora por el mismo precio tienen libretos más densos que El Quijote y cinco canciones más y un dvd del concierto, curioso. Esgrimen datos absurdos como equiparar que cada descarga es un disco menos vendido y además, con medidas como el famoso "canon" consiguieron que el pueblo les odiara sin concesiones y se fomentara casi más la piratería (lo ilegal da morbo). Ahora intentan presionar a los políticos para sacar una ley que, por lo ambiguo de los términos, parece un primer paso para poder censurar con alegría. Como no entiendo nada de leyes, espero que ese apartado los comenten otros (ejem).
Así pues, creo que ambas partes tienen motivos de sobra para quejarse, pero las cosas siguen como estaban. Sistemas como Spotify parecen la solución, música gratis a cambio de publicidad (oh, vaya, como una radio, ¿no?), pero parece ser que en EEUU no convence y varias discográficas han dicho que no es rentable. Que yo sepa iTunes funciona de maravilla vendiendo canciones y discos a bajo precio. Si saliera un sistema parecido para series y películas, con calidad de imagen y subtítulos, estoy seguro que las descargas ilegales también bajarían bastante. Hace tiempo que se oyen rumores de negociaciones entre el todopoderoso Youtube (dueño de todo vídeo allí puesto, no lo olvidemos) y las grandes cadenas televisivas americanas.
En fin, que la música lleva 20 años muriendo y cada día hay más salas de conciertos y grupos de música. Supongo que seguirá habiendo cine dentro de 20 años, eso sí, espero que sin 3d.
Os dejo con algunas lecturas adicionales que creo interesantes, con su parte de razón:
domingo, 5 de diciembre de 2010
Quid pro quo
“Quid pro quo, Clarice. Yo le digo cosas y usted me dice cosas”. Hannibal Lecter, “El silencio de los corderos”.
La publicación masiva de filtraciones por parte de Wikileaks supone uno de los signos de nuestro tiempo, de Internet, de la libertad de información y de la transparencia. En pocos días hemos intentado digerir miles de cables diplomáticos de información dispar, una cantidad de datos que dejan muchas preguntas en el aire.
En primer lugar, Wikileaks ha delegado su información a los periódicos “tradicionales”. ¿Por qué? Me parece una postura inteligente, se asegura mayor difusión y asimismo delega la ética. Wikileaks da la información y que sean los periodistas los que corroboren esto, los que aportan la credibilidad entre tanto dato masivo. Lavarse las manos. Entonces, ¿es un triunfo del periodismo el tener más información que nunca? Creo que es matizable. Es más, Wikileaks ha puesto en entredicho al periodismo tradicional, al llegar a una información a la que no habían accedido los periodistas. Ahora bien, ¿qué credibilidad tienen unos periódicos tradicionales que han demostrado su fracaso informativo? ¿Qué pueden aportar ahora? ¿El periodismo actual se reduce a chequear la información de Wikileaks? También es curioso el ataque entre periódicos que han recibido la información de Wikileaks y los que no, como si las noticias tuviesen menos valor si no están en tu poder.
En segundo lugar, teoría de la conspiración. La información nunca es neutral. ¿A quién beneficia? Quid pro quo, yo le digo cosas y usted me dice cosas. Esto me parece fundamental, el quién se beneficia de todo esto. ¿Quién es Assange? ¿Qué busca? ¿Por qué tanta falta de transparencia en Wikileaks? Pongámonos paranoicos. ¿Han colgado toda la información o se han guardado cosas de amigos o países que les “caen bien”? ¿Por qué no pueden colar información falsa entre miles de papeles auténticos? Imaginemos que a Assange le cae fatal el presidente del Banco Santander y cuela una difamación sobre él y se publica, amparado en la credibilidad que se ha ganado con el resto de cables que sí son ciertos. Me parece que hay mucho peligro en todo esto, y se le está dando una repercusión inmediata, casi sin digerir los datos y sin tener en cuenta las consecuencias. Wikileaks no busca informar, no seamos ingenuos. Es política. Y de primer nivel.
En tercer lugar, la mayoría de la información que ha llegado hasta ahora son cotilleos de pasillo, conversaciones e impresiones de Embajadores sobre tal o cual Jefe de Estado. Que si a Gaddafi le da miedo volar sobre el agua. Que si Putin y Merkel. Ni el Cuore. Otras que no son nuevas y sabíamos todos. Creo que nadie se ha sorprendido al leer que el Gobierno español ayudó a que no se procesasen a los militares americanos que mataron a Couso. Y aquí entraríamos en la discusión de seguridad nacional, interés general, diplomacia… Como decía un profesor de Derecho, todos los países tienen diplomacia e información reservada, y es como el baño de una casa, no se enseña a las visitas pero es necesario.
Lo que está claro es que Wikileaks ya ha ganado. ¿Cómo responderá el ciudadano? ¿Wikiactions?
By C.
sábado, 4 de diciembre de 2010
Up in the air
Hay días que pierdo la fe en la Humanidad. Como sabrás, el Gobierno ha declarado el Estado de alarma por primera vez en nuestra tierna Democracia. Y lo ha hecho aplicando el tercer apartado del artículo 4 de la Ley Orgánica 4/81 que reza: “Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, cuando no se garantice lo dispuesto en los artículos 28.2 y 37.2 de la Constitución, y concurra alguna de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo”. ¿Es el tráfico aéreo un servicio público esencial? Bueno, aceptemos barco. ¿Concurre con algún tipo de calamidad, crisis sanitaria y demás a la cual se refiere el artículo y que obliga a su concurrencia para su aplicación? Rotundamente no. En mi opinión, se está aplicando una medida excepcional sin que se cumplan los requisitos que impone la Ley. Y vale, eso es grave. Y también es grave que los controladores hagan una huelga salvaje, y con lo que cobran. Pero, ¿es correcta la solución? Creo que el Gobierno debería haber estudiado otro tipo de medidas menos gravosas y polémicas. Sinceramente, soy de los que no quieren ver a los militares ni en los cuarteles y no me hace ninguna gracia verlos en los aeropuertos civiles. Piénsalo fríamente: espacio aéreo militarizado.
Y no, no estoy defendiendo en ningún momento a los controladores aéreos, no tienen ningún derecho a hacer lo que han hecho y apoyaría cualquier medida disciplinaria incluyendo el despido. Pero eso no quita que la declaración del Estado de alarma sea desmesurada y se haya dictado vulnerando la Ley Orgánica. Ahora bien, los controladores se han equivocado. Han roto la baraja y se han pasado de la raya. También pienso que el Gobierno se ha equivocado y que ha reaccionado tarde y mal, esta acción no se prepara de la noche a la mañana.
Y en medio estamos todos, los usuarios, que en menor o mayor medida nos hemos visto afectados por este caos creado por los controladores, que superan incluso a los funcionarios en el odio irracional colectivo de la mayoría de la gente. Tanto ayer como hoy hablo con gente, leo las opiniones a través de las redes sociales y observo que la inmensa mayoría está de acuerdo con las medidas tomadas.
Recordemos el tiempo récord de la medida, con el Rey firmando el Real Decreto en la Embajada de España en Buenos Aires a toda prisa, en contraste con los meses que se están tomando para la aprobación de la reforma de las pensiones, o el tiempo que llevó la reforma laboral. Me encantaría ver medidas urgentes contra los oligarcas financieros, con la misma contundencia que con la que se está actuando ahora. Esta semana se quitó la ayuda de 426 euros para parados de larga duración y no se montó ningún revuelo. Ni en la calle ni en la Red. Parece que es más grave que no salga tu vuelo del puente de diciembre que la ayuda a los más necesitados. Definitivamente, hemos dejado de ser personas para ser consumidores. Da que pensar.
By C.
lunes, 1 de noviembre de 2010
El cáncer es un tabú
Tampoco entiendo por qué siempre que alguien sufre esta enfermedad a todo el mundo se le llena la boca de frases del tipo "ahora tienes que luchar más que nunca", "es una guerra que tienes que afrontar con valentía", etc. Eso hace que se agrande el misticismo a su alrededor. La actitud positiva frente a la enfermedad se ha visto que es clave en la superación del proceso morboso, pero es así en cualquier enfermedad, no sólo en el cáncer.
Sí entiendo que sea una enfermedad que asuste, por su alta prevalencia y su mal pronóstico (un 50% de supervivencia a 5 años, de forma global, es decir, hablando de todos los cánceres y en todas las fases); pero unas cifras también estremecedoras tiene la cardiopatía isquémica y en torno al infarto no se ha hecho un tabú.
Quiero aprovechar esta tribuna para aclarar que se habla del cáncer como una enfermedad única, cuando es más fácil de entender como muchas distintas. Me explico, un cáncer es un proceso en el que una célula sufre una alteración en su ciclo vital y, por decirlo de alguna manera, "se descontrola", comienza a repodroducirse sin control y a cambiar su morfología y la de sus células hijas. En algún momento esa célula adquiere la capacidad de escapar de las defensas del organismo, de crear nueva vascularización a su alrededor, de desprenderse y desplazarse por el organismo, incluso de asentarse en otros lugares y allí seguir creciendo descontroladamente, eso último son las metástasis.
La clave es la siguiente, dependiendo de cual sea la célula que originalmente pierde el control y dónde se encuentre, la enfermedad puede ser muy distinta. No es lo mismo un cáncer de una célula hepática (del hígado) que el de una célula de la mama. Los pronósticos, la clínica, el diagnóstico y el tratamiento cambian bastante. Así nos encontramos con tumores malignos (tumor no es igual a cáncer, un tumor también puede ser un chichón, por ejemplo) de la piel, como el epitelioma basocelular, con una supervivencia excelente, similar a la de personas sanas; y otros como el de páncreas con cifras de supervivencia en torno al 5% en 5 años. Por eso hablaba que es más fácil de entender el cáncer como enfermedades distintas según su origen que como una enfermedad global. Además, no es lo mismo hablar de un cáncer en sus primeras fases o estadios, cuando el tratamiento suele ser más eficaz y la supervivencia mucho más alta, que un cáncer que ha metastatizado, con pronóstico, en general, mucho más sombrío.
Por eso, pese a que los procesos celulares y de defensa del organismo aún no estén del todo claros respecto al cáncer (se está avanzando mucho en su comprensión), me gustaría que se le llame a las cosas por su nombre, sin mitos, miedos ni fantasía; que se fomente la actitud positiva frente a cualquier enfermedad pero sin caer en eufemismos heredados que a veces suenan huecos. Considero que normalizando y entendiendo algo mejor la enfermedad se le pierde miedo, pero sin perderle respeto, se ayuda a afrontarla y a superarla, como cualquier otra enfermedad.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Ya está aquí, ya llegó...
Quizá habría sido más suave si se hubiera hecho antes y de forma escalonada, en lugar hacerlo ahora y todo de golpe. Sin embargo, creo personalmente que ha podido hacerse así a propósito. ¿Por qué? No es ningún secreto que Zapatero es un hombre obsesionado con la llamada "paz social". Es posible que haya esperado a propósito hasta el último momento, hasta que la deuda española empezaba a salir cara, hasta que la Unión Europea la haya dado un toque de atención, hasta que la prensa habla de que España es insostenible, hasta que perdiésemos nuestra cacareada triple A... para hacer esto. De esta forma, una buena parte de los potenciales opositores a esta medida la aceptarán de buen grado con el argumento de "no hay más remedio que hacerlo". Las orejas del lobo asoman detrás del seto, y nos acojonan las imágenes de televisión que nos llegan de Grecia. Sin embargo, si se hubiese hecho hace un año... ¡ay! la que se hubiese liado. Este un punto que me parece interesante. Por tanto creo que la tardanza del gobierno ha sido torpe en lo financiero, pero astuto en lo social. Personalmente, yo habría metido antes la tijera... ¡pero por mi propio bien, trataría de explicarlo de puta madre!
Por otra parte, no puedo evitar lanzarme a otro tema relacionado: ya nos van llegando las declaraciones sindicales y funcionariales esperadas, diciendo que hay que ver lo que se ceba este recorte con los funcionarios, y que la crisis la pagan los de siempre. ¡Esto es un error! Estos recortes no son medidas anti crisis. ¡Son para sanear las cuentas del Gobierno de España! Y como es lógico, ello afecta en sus ingresos a los empleados del gobierno de España. El Gobierno de España no es España. Es tan absurdo quejarse de esto como si un empleado de Telefónica se quejase de que el plan de austeridad de su empresa se ha cebado con los empleados de Telefónica. Exacto, señor. Es que trabaja usted ahí.
Claro que los no-funcionarios nos veremos afectados. Todos somos "accionistas" y "clientes" del Estado. Y ahí nos toca: impuestos más altos, recorte de inversión, congelación de pensiones, adiós al cheque bebé, etcétera. Pero los no funcionarios no somos "empleados" del Gobierno. Somos empleados de otras empresas que pueden quebrar o despedirnos. Por tanto, los empleados públicos deben asumir que, como cualquier otro trabajador, la "empresa" para la que trabajan pueden ir bien o puede ir mal.
Y por favor, que no se intente utilizar el gran esfuerzo y dedicación de "sacarse la oposición" como mérito suficiente para obtener ningún privilegio. En el sector privado no hay que opositar, de acuerdo. Pero puedes pasar años trabajando en lo primero que te sale, con sueldos bajos y contratos mediocres, antes de conseguir una estabilidad en un puesto realmente elegido por ti (si es que alguna vez lo consigues). Bastantes más años, en promedio, de lo que se tarda en opositar.
domingo, 2 de mayo de 2010
Los Muertos (por Carlos C.)
Carlos C.
viernes, 30 de abril de 2010
European MINDSET
